¿A quien no le gusta el tiramisú? No conozco a nadie que no disfrute con este postre cremoso, con el rico sabor del mascarpone y el café. El postre italiano por excelencia.
Con esta receta adaptada a la thermomix es muy fácil de hacer, no obstante, podéis hacerlo con una batidora de varillas, yo lo hacía así cuando no tenía thermomix, es más trabajoso, pero igualmente fácil.Los ingredientes son:
2 tarrinas de queso mascarpone
3 huevos
1 brick pequeño de nata montada
1 paquete de bizcochos soletillas
10 cucharadas de azúcar
1 taza de café espresso
3 hojas de gelatina neutra y un poco de leche para desleírla
1 vaso de licor de almendras (opcional)
Cacao puro en polvo
Separamos las claras de las yemas. Ponemos en el vaso de la thermomix, con la mariposa, las claras con un pellizco de sal, y montamos a punto de nieve, 3 minutos, 37ºC, velocidad 3 y medio. Sacamos a un bol y reservamos.
Ponemos en el vaso, sin las mariposas, el queso, las yemas y 5 cucharadas de azúcar, y mezclamos 2 minutos, velocidad 4.
Mezclamos con el merengue reservado.
Limpiamos el vaso, colocamos nuevamente la mariposa y montamos la nata con 3 cucharadas de azúcar, en velocidad 3 y medio.
Añadimos a la mezcla reservada. Calentamos en el microondas media taza de leche y desleímos las hojas de gelatina. Cuando esté bien disuelto, lo añadimos a la mezcla, y homogeneizamos.
Preparamos la mezcla para mojar los bizcochos, que será la taza de café (mejor un espresso bueno, yo lo hago en la Nespresso), un vaso pequeño de licor de almendras (si no os gusta este sabor, podéis omitirlo, y sustituirlo por un almíbar suave), dos cucharadas de azúcar (si habéis puesto almíbar en lugar de licor no las añadáis) y una cucharada de cacao en polvo.
Comenzamos a montar el postre. En un molde desmontable colocamos una base con los bizcochos mojados en la mezcla anterior. No se trata de remojarlos hasta que se empapen, sólo que cojan el gusto de la mezcla y quedarlos jugosos.
Ponemos la mitad de la mezcla del queso, huevo y nata encima, y volvemos a poner otra capa de bizcochos mojados en el café y licor. Cubrimos con el resto de la mezcla de queso, huevo y nata, y espolvoreamos, con la ayuda de un colador, con cacao puro en polvo.
Reservamos en el frigorífico por un mínimo de 6 horas, de un día para otro está aún mejor. Gracias a la gelatina podremos cortar el postre y que se mantenga firme, yo antes no se la ponía, y era una pena, porque se quedaba muy líquido, así que siempre lo hacía en copas individuales, pero leí este truco en algún blog, y desde entonces siempre lo pongo, pues queda una textura perfecta. Si en lugar de postre queréis hacerlo en plan tarta, podéis utilizar planchas de bizcocho genovés, casero o el que venden ya en tres láminas, y, en lugar de tres hojas de gelatina, poner seis. De esta forma quedará una textura de tarta. Estoy pensando que le voy a hacer una tarta de tiramisú a mi hermana mayor, que ahora pronto es su cumpleaños.
Está riquísimo, y ésta receta, mi amiga Sabrina, que es italiana, cuando la probó, me dijo que era igual a la que hace su padre.
Espero que os guste tanto como a nosotros en casa.
Un abrazo,
Paloma