El pollo no me gusta mucho, me parece seco e insípido, así que nunca sé cómo cocinarlo de manera que quede sabroso y jugoso. Ésta es una de esas formas, es rápido, fácil y muy rico, la pega, que es frito, por tanto tampoco abusaremos de esta forma de cocinarlo. Pero decididamente es una receta para tener en cuenta, se puede llevar fuera, y a los niños les gusta, y es más sano que los nuggets.
Necesitaremos:
Pollo troceado (yo lo hago con pechuga, pero se puede hacer con cualquier parte)
Zumo de 4 limones
Sal, pimienta, orégano.
Harina, huevo y pan rallado para empanar.
Aceite de oliva suave para freir.
Lo primero que hacemos aliñar el pollo con la sal, la pimienta y el orégano (sed generosos) y macerar con el zumo de limón, lo tendremos así un mínimo de 2 horas, a veces lo dejo toda la noche. Veréis cómo el pollo se blanquea con el zumo.
Pasado el tiempo, empanamos el pollo (harina, huevo batido y pan) y freímos en abundante aceite caliente. Si los trozos son muy grandes, bajad el fuego, para que el pollo se haga bien por dentro. También podéis congelarlos una vez empanados, del mismo modo que congelábamos las croquetas, primero en un plato, y luego a una bolsa, y así podéis tenerlo listo cuando queráis, de forma rápida, con una ensalada, o con el cous cous del post anterior. Podéis freírlos directamente, sin descongelarlos antes, pero recordad que tendréis que cocinarlos más tiempo, para que no se queden crudos por dentro.
Probadlo, os va a sorprender, a pesar de estar frito, por el limón queda muy jugoso, y con un sabor muy rico.
Un abrazo,
Paloma
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